El estudio de la historia del libro se desarrolló en cuatro etapas en Francia
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A finales de 1971 comenzó a desarrollarse lo que hoy denominamos libro digital o electrónico. Michael Hart fue el impulsor del Proyecto Gutenberg, (que consistía en la creación de una biblioteca digital totalmente gratis), donde podíamos encontrar obras de autores como Shakespeare, Poe y Dante entre otros, todas ellas obras de dominio público. En 1981 se produce un importante avance, ya que sale a la venta el primer libro electrónico: Random House's Electronic Dictionary. Sin embargo, fue en marzo de 2001 cuando el libro digital (también conocido como eBook) experimentó su máxima expansión gracias al novelista Stephen King, quien lanzó al mercado a través de la red su novela Riding the Bullet. La obra, en apenas 48 horas, vendió 400 000 copias, al precio de dos dólares y medio la copia.13 El mes siguiente Vladímir Putin también sacó a través de Internet sus memorias.
Desde este momento comenzaron a aparecer varias editoriales electrónicas y muchas tiendas virtuales empezaron a incorporar libros electrónicos en sus catálogos.
Cuando los sistemas de escritura fueron inventados en las antiguas civilizaciones, el hombre utilizó diversos soportes de escritura: tablillas de arcilla, ostracon, placas de hueso o marfil, tablas de madera, papiros, tablillas enceradas, planchas de plomo, pieles curtidas, etc.La escritura fue el resultado de un proceso lento de evolución con diversos pasos: imágenes que reproducían objetos cotidianos (pictografía); representación mediante símbolos (ideografía); y la reproducción de sílabas y letras.
Los más antiguos vestigios de escritura se encuentran, hacia finales del IV milenio a. C., en el Antiguo Egipto, con jeroglíficos, y la antigua Mesopotamia, mediante signos cuneiformes (escritura cuneiforme; utilizaban una varilla con sección triangular, que al hendir en placas de arcilla, dejaba una marca en forma de cuña). La usaron los sumerios, acadios, asirios, hititas, persas, babilonios etc. La escritura egipcia, que perduró más de tres milenios, mediante jeroglíficos, representaba ideas abstractas, objetos, palabras, sílabas, letras y números. Evolucionó en las escrituras hierática y demótica. Otros pueblos, como los hititas y los aztecas también tuvieron tipos propios de escritura.
La escritura china más antigua que se conoce son 50000 inscripciones sobre conchas de tortuga que incorporan 4500 caracteres distintos, y data del 1400 a. C. en el yacimiento de Xiaotun, en la provincia de Henan. Pero los primeros libros reconocibles de China corresponden al siglo VI a. C., los jiance o jiandu, rollos de finas tiras de bambú o madera grabados con tinta indeleble y atados con cordel. Estos textos servían principalmente a causas institucionales , era la obra de funcionarios civiles o militares.
Desde Confucio en adelante (551-479 a. C.) los libros se convirtieron en importantes instrumentos de aprendizaje, se escribieron tratados de filosofía, medicina, astronomía y cartografía.
En el período de los reinos combatientes (475-221 a. C.) La seda se usó mucho como soporte para escribir. La tela era ligera, resistente al clima húmedo, absorbía bien la tinta y proporcionaba al texto un fondo blanco, sin embargo era mucho más cara que el bambú, es por esto que en ocasiones se hacía una copia en bambú antes de grabarse en seda los textos importantes.
La invención del papel según la tradición china, se atribuye a un eunuco de la corte imperial llamado Cai Lin en el 105 d. C. Usando nuevos ingredientes (trapos viejos, cáñamo, corteza de árbol y redes de pescar) creó un método de fabricación de papel muy similar al que se usa hoy en día. Pero el papel tardó cientos de años en reemplazar al bambú y la seda, fue hasta finales del siglo II d. C. que la corte imperial lo usó en cantidades importantes. Esta innovación no se propagó fuera de China hasta el 610 d. C. aproximadamente, y alcanzó Europa a través de España hasta el siglo XII.
La obra xilográfica más antigua encontrada hasta nuestros días es el Dharani Sutra de Corea, datado en el 751 a. C., aunque no se sabe quién fue el inventor de la xilografía los chinos y coreanos fueron los que impulsaron la impresión xilográfica, principalmente para editar textos religiosos. El budismo chino y coreano fue el vehículo que trasmitió la xilografía a Japón. Pero Corea realizó muchos otros avances que revolucionaron la manera de imprimir y en consecuencia el libro.
Entre 1234 y 1239 los coreanos que se habían refugiado en la isla de Gwanghwa, debido a la invasión mongol, no disponían de madera dura fue entonces que imprimieron 28 ejemplares de los 50 volúmenes del Go geum sang jeong ye mun con caracteres móviles metálicos. La obra del año 1239 describe el método utilizado y termina diciendo: impreso para la eternidad con caracteres de nueva fabricación. Más tarde el rey Taejong puso en funcionamiento un taller que contribuía a la difusión de la escritura y en 1403, el tercer año de su reinado, se restableció la fundición nacional, el Jujaso, donde se fabricaban caracteres móviles de imprenta, realizó la primera fundición de tipos móviles en bronce. Cabe señalar que la invención de la tipografía coreana es de primordial importancia para la religión, particularmente el budismo, el confucionismo, y el taoísmo.
Durante el reinado del tercer hijo de Taejong, Sejong aumentó el número de centros dedicados a la enseñanza. En la capital existían cuatro escuelas, un colegio para el pueblo y una escuela para la familia real y sus parientes. El libro se convirtió en la herramienta primordial de los esfuerzos de alfabetización que, incluso llegaron a las provincias y pueblos lejanos. Los niños varones tenían que seguir las clases que les inculcaban las nociones básicas como la escritura y la lectura.
Egipto creó el papiro y lo exportó a todo el mediterráneo, se usaba para plasmar textos en Egipto, Grecia y Roma. La fabricación del papiro era complicada y dado que las láminas de papiro estaban hechas de dos capas superpuestas, por cada cara discurría una veta distinta, de ahí que se denomine recto donde el grano discurría de forma horizontal y verso en donde el grano discurría en vertical, sin embargo solo se escribía en la cara interna que era la más lisa. Las láminas se pegaban para hacer un rollo.
A partir del siglo I d. C. El pergamino comenzó a competir con el papiro, se cree que surgió en Pérgamo, en la actual Turquía. El pergamino tenía la ventaja de resistir condiciones de humedad, era más duradero y podía doblarse sin romperse, también podía rasparse para limpiarlo y ser reutilizado.
Es muy poco lo que se conoce de las bibliotecas egipcias, un pequeño testimonio es el templo de Horus, donde en uno de los muros están los títulos de 37 libros que eran parte de las bibliotecas.
En tiempo de la república las personas acomodadas tenían en sus casas muchos copistas o secretarios, la mayor parte esclavos o libertos, para copiar los manuscritos nuevos. Pero en tiempo de Augusto los vendedores de libros, bibliopolæ, se introdujeron en Roma y comenzaron a verse tiendas de libros, que solían estar cerca de la entrada de los templos y de los edificios públicos, y en particular en el foro romano. Los libreros fijaban en sus puertas los títulos de las obras que tenían en venta para que con un golpe de vista pudiese cualquiera enterarse de lo que había en ellas.
En la Roma imperial los escritos podían encontrarse en todas partes. La administración cotidiana produjo un flujo constante de documentos, la alfabetización rudimentario era habitual, incluso en las clases bajas, lo que provocó que en el siglo I d. C. hubiera un crecimiento del público lector, ya no se escribía para un círculo de amigo íntimos, sino para un público anónimo, pero la clase alta siguió conservando la cultura literaria oral tradicional.
En el siglo III d. C. empezó el declive del imperio romano y las invasiones bárbaras causaron una contracción de la cultura escrita. Muchas instituciones escolásticas cayeron, a excepción de las mantenidas por la iglesia cristiana.